Un proyecto surge de una idea para satisfacer una necesidad de la sociedad, como una solución razonable a un problema. La idea puede ser generada por un emprendedor que desea tener un negocio propio o por una empresa que planea crecer y generar más valor a sus accionistas.
La idea para un proyecto puede surgir de la situación actual por cuestiones como:
- Crecimiento de la demanda interna: La demanda interna se incrementa por el aumento de la población, que solicita más productos y servicios.
- Nuevos productos: Cuando los gustos y preferencias de los consumidores cambian y surge la necesidad de satisfacer estos cambios. También por nuevas tecnologías e innovación en productos y servicios actuales.
- Cambios en la oferta y la demanda: Cuando el ingreso de los consumidores o el precio de los bienes y servicios varían, ocasionando cambios en su oferta y demanda.
- Innovaciones tecnológicas en los procesos productivos: Proyectos que se inician para remplazar maquinaria y equipo obsoleto, con la finalidad de aumentar la productividad y disminuir los costos para ser competitivos en el mercado, tanto en precio como en calidad.
- Sustitución de importaciones: Cuando la producción depende de insumos de importación, se realizan proyectos para la producción de bienes nacionales que permitan la sustitución de los productos importados.
El origen de un proyecto puede ser variado, pero debe cumplir con tres objetivos: el primero, satisfacer una necesidad del mercado, el segundo debe ser viable y el tercero debe ser rentable, así como generar un rendimiento adecuado.
Un proyecto de inversión bien formulado y evaluado, incluye los pasos y procedimientos a seguir; representan una base para justificar la inversión de los recursos necesarios, que permita ofrecer a la sociedad los bienes y servicios que requiere. Al mismo tiempo, la persona o empresa que tuvo la idea logra sus objetivos y ganancias.
La idea para un proyecto puede surgir de la situación actual por cuestiones como:
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