Los fideicomisos son mandatos o instrucciones para realizar una actividad o aplicación de recursos con un objetivo establecido previamente, sin que se pueda desviar o cambiar el cumplimiento de este propósito.
Los fideicomisos pueden ser públicos o privados y son utilizados para diferentes actividades, por ejemplo: una beca de estudios, la construcción de una escuela, de carreteras, el desarrollo y fomento de la agricultura o el turismo.
Los fideicomisos tienen tres figuras que intervienen en él:
- Fideicomitente: Es la persona o entidad que emite el mandato o instrucciones y proporciona los recursos para cumplir un fin determinado.
- Fiduciario: Es la entidad responsable de cumplir y hacer cumplir el mandato o las instrucciones, cuidando que no haya desvío de recursos ni que intervengan terceros que alteren el cumplimiento del objetivo definido. Los fiduciarios pueden ser las entidades financieras autorizadas para fungir como tales, como son: el Banco de México, la banca múltiple, la banca de desarrollo, las casas de bolsa, las aseguradoras y las afianzadoras.
- Fideicomisario: Es el beneficiario del objetivo del fideicomiso.
El fideicomiso es un mecanismo que permite la administración y operación de recursos para cumplir una meta. Cuenta con una base jurídica sólida, así como con supervisión y vigilancia por la autoridad correspondiente.
Su operación es flexible y se puede adecuar a varias situaciones, por ejemplo: el caso del certificado bursátil que es un instrumento financiero que emiten las empresas para financiar sus necesidades en los mercados de deuda. Este instrumento financiero opera con base en un fideicomiso y ha sido muy eficiente en los últimos años.
Otro ejemplo serían la Fibras que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores. Las fibras son activos financieros de capital para financiar la adquisición o construcción de bienes inmuebles que tiene como objetivo su arrendamiento. Dichos instrumentos se constituyen bajo la forma de un fideicomiso. Así también, funcionará el nuevo formato de la Fibra E para proyectos del ramo de energía, carreteras en marcha, gasoductos, programas de exploración y sistemas de transmisión.
En México existen fideicomisos públicos de fomento constituidos por el Gobierno Federal para el fomento económico. Estas instituciones realizar actividades financieras cuyo objeto principal es la realización de operaciones de crédito. Forman parte del Sistema Bancario Mexicano y son sujetos a la supervisión de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
La clasificación abarca tres tipos de fideicomisos: administración, garantía y dominio. Para saber cuál criterio aplicar se debe revisar el fin del fideicomiso, considerando que este debe ser lícito y a beneficio propio o de un tercero.
El fiduciario tiene la titularidad de los bienes que se encuentran dentro del fideicomiso, estos bienes no podrán ser embargados por proveedores del fideicomitente o del fideicomisarios, debido a que ninguno tiene la titularidad o posesión de los bienes.
El fiduciario asume la obligación de conservar los bienes y derechos recibidos en su integridad material.
Por ley el objetivo para el cual es creado el fideicomiso debe ser un fin lícito. El fideicomitente debe comprobar la titularidad de los bienes y entregar todos los requisitos que solicita la institución financiera. Con los documentos solicitados se puede comprobar que las actividades del fideicomitente y los bienes que serán fideicomitidos son legales.
Otro ejemplo de la variedad de aplicaciones del fideicomiso, es el fideicomiso testamentario; en este una persona tiene interés en que los bienes fideicomitidos se entreguen a determinada persona que él ha de designar.
El fideicomitente otorga un testamento, en que dispone que todos sus bienes, algún bien o algunos bienes determinados, sean atribuidos a un fiduciario, quien se obligará a administrarlos y gestionarlos en beneficio de la persona que se designe en el testamento y a trasmitirlos al vencimiento de un plazo o condición, a la persona que se indique.
Este es un fideicomiso de traslado de dominio, el cual puede ser muy adaptable a diferentes situaciones, porque puede transmitir el bien o sus derechos según se estipule y cumple con el objetivo establecido por el fideicomitente.
Pudiendo conservar el derecho de uso y goce de su patrimonio con la finalidad de que, al fallecimiento de la misma, el Fiduciario continué administrando o transmita la propiedad del patrimonio a las personas designadas como beneficiarios en el contrato.
Los fideicomisos son una figura que garantiza un monto de dinero, bienes o derechos para un fin específico, como pagar la universidad de los hijos o la administración de bienes inmuebles.
El fideicomiso es un instrumento jurídico y financiero que da la flexibilidad de realizar operaciones para beneficio de la persona que lo contrata, con la seguridad de que la administración de los bienes está hecha por profesionales, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) y la supervisión de la CNBV.
Su contratación puede hacerse en moneda nacional o en dólares, dependiendo de la necesidad del contratante. El plazo del fideicomiso es determinado por el cliente en función de sus objetivos.
Las ventajas son:
a) Seguridad jurídica: las instituciones que operan son un administrador de bienes imparcial, por lo que custodian el patrimonio sin tener interés alguno, vigilando que el destino de los recursos sea aplicado a los fines para los que se constituyó el fideicomiso.
b) Perpetuidad: el fideicomiso es un contrato que se constituye hasta que se cumpla totalmente sus fines, por lo que no importa lo que suceda durante dicho tiempo, el contrato sigue siendo administrado, respetado y respaldado por la institución.
c) Custodia: como consecuencia de la recepción de los recursos y bienes, el fiduciario crea un fondo propio que no pertenece al patrimonio de ninguna de las partes, dejándolo a salvo de cualquier embargo o reclamación; porque dichos recursos pasan a ser propiedad fiduciaria de la Institución. Esto quiere decir que quedan custodiados y administrados por la institución financiera.
d) Estados de cuenta formales: las instituciones emiten de estados de cuenta, estos tienen validez y respaldan los movimientos del contrato.
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